El edificio adopta una estética industrial en armonía con las arquitecturas previstas en su entorno (un polígono industrial) sin obviar su condición física (situado en la Vega de Granada). La vinculación del edificio con tipos tradicionales y la piel que lo envuelve, le confiere de una calidez que contrasta con la frialdad propia de una arquitectura industrial (las choperas).
La piel de vidrio y la de bambú se desplazan para permitir por un lado destacar el acceso al edificio y por otro ocultar las instalaciones previstas en cubierta. El espacio de recepción pretende conectar los dos vestíbulos del edificio. El situado en la planta entorno al patio y el ubicado en el prisma de vidrio que contiene el espacio disponible. El patio le da privacidad a las funciones que más la necesitan evitando ruidos molestos derivados de las arquitecturas vecinas. El patio pretende ser el espacio amable e íntimo que un lugar de trabajo y de estudio necesita, por lo que se oculta de las visiones cercanas, ampliando su campo de visión a la perspectiva lejana de la sierra. Bajo el patio se dispone una planta completa destinada a archivos por lo que funciona como una cubierta ajardinada que le confiere una situación amable y ecológica.