Proponemos restablecer el equilibrio de relaciones que poseía el parcelario y evitar las perspectivas cerradas de las calles que se
enfrentan al complejo edilicio que conforman los volúmenes arquitectónicos de esta escuela, ya que a través de la cartografía
histórica vemos cómo el actual edificio se ha ido apropiando de pequeñas manzanas ubicadas en calles anexas al solar del antiguo
Palacio del Almirante de Aragón, lo que provocó un cambio de escala de esta manzana respecto a las colindantes. El conjunto se
estructura como piezas que conforman el puzzle de la ciudad. Piezas que se conectan, a veces autónomas y ausentes otras. Con sus
propios elementos definidores, con sus tratamientos particulares, con su personalidad espacial propia. Con esto se contribuye a
establecer unos recorridos internos que son prolongación de los existentes, en los dos patios del edificio histórico, como en los
derivados de la introducción de la trama urbana. Los recorridos son variados; tal vez un caminar de encuentros y desencuentros;
pasajes, callejones y claustros con distintas visiones, que se adueñan en cada lugar de las percepciones propias de cada uno.