Asumiendo la realidad actual, nosotros solo podemos minimizar el impacto que este tipo de urbanizaciones está generando en el paisaje, por ello proponemos una arquitectura modelada como cultivos en el paisaje, arquitectura que se pliega a la preservación paisajística de lugar, una organización de viviendas adaptadas a la topografía, alterándola en el proceso de su construcción pero mimetizándola una vez construida. Un paisaje de cultivos bajo el que se desarrollan las viviendas, apropiarnos de la exultante belleza, de lienzo, que se concede con un labrado superficial, su espectacular armonía cromática y su textura vigorosa que se sospecha desde vistas aéreas. El valor paisajístico de su estricta composición y su cualidad cromática propia del expresionismo abstracto.